Las plantas y la belleza

Toda cultura ha establecido su canon de belleza; los hombres y mujeres han usado los productos a su disposición para mantener una estética joven.

Cerca de Oslo, se ha encontrado una representación prehistórica de una mujer embadurnándose de grasa de reno.

Las plantas han sido usadas por todas las culturas, además de para alimentarse y curarse, para este propósito.

El aloe vera, por ejemplo, era conocido como «planta de la inmortalidad» en Egipto, como «remedio armónico» en China o como la «Fuente de la juventud» en la cultura semínola.

A lo largo del tiempo, en todas las épocas y civilizaciones existen referencias escritas sobre el cuidado del cuerpo. En muchas tribus de zonas tropicales de África y América, existe aún la costumbre de teñirse el cuerpo. Por ejemplo, de la bija, se extrae un polvo rojo que, además de identificar a la persona en su comunidad, le facilita la cicatrización de heridas, ya que es un desinfectante.

En el libro de medicina india Susruta, aparecen cuidados de belleza y métodos quirúrgicos para corregir la nariz.

En Egipto, se desarrolló el conocimiento de los cosméticos y su uso porque el cuerpo,

considerado un regalo de los dioses, debía mantenerse en las mejores condiciones posibles.

Muchos de los cosméticos, además de lograr una modificación estética, ejercían una acción protectora, por ejemplo el kohl, obtenido de la galena o de la antimonia, que además de ser el símbolo del dios Horus protegía de las enfermedades oculares e impedía el acercamiento de los insectos.

La indústria

En la indústria cosmética se están desarrollando nuevos componentes procedentes de las plantas, y se ha logrado que el efecto se produzca sobre un tejido o zona determinada, por ejemplo los parches cutáneos o las mascarillas.

Los componentes

Muchas semillas de plantas y frutos (las de borraja, la soja o las uvas) poseen una alta cantidad de aceites y crean una capa protectora sobre la piel, por lo que muchas cremas hidratantes los incorporan en sus ingredientes.

Las hierbas en los cosméticos

Las condiciones ambientales, como el sol, temperaturas extremas, humedad, sequedad, polución… producen una respuesta de nuestro organismo para aislarnos de ellas, tales como el engrosamiento de la piel, el aumento de la intensidad de la pigmentación, la sequedad o el exceso de producción sebácea. Asimismo, con la edad se reduce la regeneración celular, la piel se vuelve más delgada, menos elástica y hay una pérdida de proteínas dérmicas que se traduce en la aparición de arrugas y flacidez.

Las plantas poseen componentes activos que retrasan esta aparición, por eso, es habitual que formen parte de los cosméticos actuales.

Tratamientos

Algunas plantas tienen efectos calmantes y relajantes, por lo que son beneficiosas en tratamientos faciales.

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