Para poder empezar a trabajar con plantas, primero es necesario hacer un resumen de algunos datos importantes, aquí os dejo un poco de anatomía vegetal.
La raíz
Es el órgano digestivo o tejido celular, intestino de la planta. También es la parte que sustenta la planta y por la que absorbe del suelo agua y sustancias nutritivas con las que se alimenta.
Distinguimos distintas formas de raíz:
– Raíz columnar: cuando crece verticalmente, hacia abajo y ramifica hacia los lados raicillas más débiles.
– Raíz napiforme y engrosada: es la que almacena sustancias de reserva y que por su carnosidad frecuentemente se emplea como hortaliza (Ejemplo zanahoria, rábano, etc.)
– Raíces fasciculadas: cuando una planta presenta varias raíces del mismo grosor y, por lo general, muy abundantes.
El tallo
Es el conductor intercelular o canal por donde circula la savia de la que se nutre la planta. El órgano superficial de la planta es el tallo herbáceo, también conocido como tronco o simplemente tallo. Los tallos son propios de las plantas anuales, es decir, las que desarrollan todo su ciclo vital a lo largo del año. Aunque hay otras especies (bienales y perennes) que también suelen tener tallo herbáceo. Los árboles y los arbustos son perdurables y su tallo o tronco es leñoso
En los tallos se desarrollan las hojas y en los ejes de éstas crecen nuevos tallos también con hojas.
Las hojas
Son los tubos o vasos por los que circula el aire. Las hojas son muy importantes para la asimilación, transformación y elaboración de las distintas sustancias vitales.
Se desarrollan en la superfície. Se disponen generalmente en forma lateral a la planta y en ocasiones forman una roseta sobre el suelo.
Para identificar una planta, las hojas son de gran ayuda. Se tienen en cuenta su forma, posición y pedúnculo entre otros.
El pedúnculo es la parte que sustenta la hoja al tallo y que tiene forma de rabito.
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