El vegetal es un ser vivo que se alimenta de minerales procedentes del suelo y del aire.
A través de los pelos absorbentes de las raíces, las plantas cogen del suelo todas las sustancias minerales disueltas en el agua de la tierra.
Del aire y a través de los poros de las hojas (estomas), coge el carbono y el oxígeno.
La mayoría de las plantas, absorbe el nitrógeno de las sales minerales del suelo, generalmente de los abonos, basuras y otras materias orgánicas nitrogenadas por la descomposición.
El agua del suelo, con las materias minerales disueltas, penetra por la raíz y sube hasta las hojas por efecto de capilaridad y por la succión provocada al evaporarse el agua de las hojas, formando lo que se conoce como savia bruta o ascendente.
La savia bruta sube por los vasos lechosos hasta las hojas donde es transformada por savia elaborada. Esta transformación de la savia se produce por la evaporación de los estomas y por la función clorofílica o fotosíntesis. De esta manera, la planta obtiene hidratos los de carbono (glucosa, almidón, celulosa, etc.)
Una vez elaborada la savia, desciende por unos tubos llamados cribosos y se extiende por todo el vegetal, proporcionando a las células el alimento imprescindible para nutrirse y desarrollarse.
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