Es frecuente que durante la primavera, muchas personas se sientan invadidas por un cansancio inesperado, en el que necesitan reposo físico y/o mental, apatía, sentir que no tienen ganas de hacer nada o incluso llegar a sentirse deprimidos.
Es lo que llamamos la astenia primaveral y hoy os dejamos algunos consejos para mejorar estos síntomas y poder hacer el cambio hacia la nueva temporada de calor de manera más cómoda y sin molestias.
La dieta
La alimentación en invierno es copiosa y calórica, por lo que podemos seguir una alimentación más fresca y ligera.
Dar relevancia a los vegetales, asegurarse una adecuada hidratación y mantener unos buenos hábitos.
El apio
Podemos ayudar a nuestro organismo en el proceso de depuración propio de esta época, preparando un jugo de apio e incorporarlo en nuestra dieta como un refuerzo.
Puede combinarse con manzana. Podéis probar con un vaso de zumo por la mañana y otro por la tarde durante una semana.
El apio fortifica el hígado y los riñones, elimina toxinas y proporciona una tez magnífica.
La vitamina C
Esta vitamina guarda una estrecha relación con las glándulas suprarrenales.
Las hormonas segregadas por estas glándulas cumplen varias funciones, entre ellas la de infundir dinamismo al organismo.
Para la elaboración de estas hormonas es necesaria la vitamina C, y se ha comprobado que la resistencia a la fatiga disminuye proporcionalmente al grado de carencia de esta vitamina.
Entre las principales fuentes de vitamina C se encuentran naranjas, limones, tomates, coles, pimiento, apio, kiwi, melocotones, fresas y judías tiernas.
El ginseng
El ginseng tonifica el organismo y nos ayuda a superar situaciones de estrés.
Aumenta la sensación de energía física y mental. Estimula las funciones hepáticas, especialmente las depurativas. Disminuye el exceso de colesterol y triglicéridos de la sangre.
Potencia la libido, aumenta la capacidad muscular y mejora la memoria.
El ginseng requiere descanso, por tanto informaros bien de sus usos.