Para empezar a cuidarte es imprescindible que conozcas tu tipo de piel.
Ten presente que tu piel está viva, que mide unos dos metros cuadrados y tiene un peso aproximado de cuatro kilos. En su extensión, tiene un grosor de dos milímetros.
Sus funciones son excretoras y protectoras principalmente. Y como consecuencia de actuar de barrera frente a los agentes agresivos externos, con frecuencia se muestra enrojecida, inflamada y con irritaciones. Además, también se encarga de evitar la pérdida de agua e impide la penetración de cualquier agente patógeno que pueda estar en contacto contigo.
Se compone de varias capas de diferente estructura:
- Epidermis
- Dermis
- Hipodermis
Existen cinco tipos de pieles:
- Piel seca
- Piel grasa
- Piel mixta
- Piel normal
- Piel sensible
A los tipos de pieles, tenemos que añadir los problemas más habituales que podemos sufrir: sensibilidad cutánea, deshidratación, desnutrición, falta de oxigenación, etc.
La piel seca
Se caracteriza generalmente por su falta de brillo, poros finos y con tendencia a la descamación. La falta de cuidados necesarios provoca la aparición de arrugas de forma prematura.
A menudo está acompañada de un exceso de sensibilidad, lo que provoca enrojecimiento.
La piel grasa
Suele tener un tono brillante. Casi siempre va acompañada de poros dilatado. Cuando la producción de grasa es excesiva, y los cuidados escasos o inapropiados, suelen aparecer espinillas y comedones.
Las pieles grasas, debido a muchos de los productos cosméticos que se utilizan para combatir el exceso de sebo y que poco a poco eliminan la capa protectora de la piel, quedan desprotegidas y sufren irritaciones y enrojecimientos.
La piel mixta
Surge de la combinación de uno o varios tipos distintos de piel, repartidos por diferentes partes del rostro. Generalmente, se combinan las zonas grasas con las secas, siendo las primeras las que están en la zona T. Es decir, frente, nariz y barbilla.
La piel normal
Es el tipo de piel «perfecta». Tersa, bien irrigada, con el pH equilibrado, no brilla y se mantiene en perfecto grado de hidratación.
La piel sensible
La poseen un tanto por ciento muy elevado de personas. Presenta habitualmente rojeces cutáneas. Es decir, dilatación anormal en los vasos capilares sanguíneos, lo que, aparte de ser antiestético, produce en algunos casos una serie de molestias, como son picores, descamación y tirantez excesiva de la piel.
Las pieles sensibles necesitan reforzar su barrera lipídica para poder resistir mejor cualquiera de las agresiones a las que inevitablemente estamos expuestos continuamente.
Una piel sensible mal cuidada, envejece prematuramente. Dentro de la cosmética natural, cabe destacar plantas muy aconsejables para este tipo de pieles como la malva, el malvavisco, el lino, el saúco, la violeta, la manzanilla.
Hoy os dejo algunos consejos/hábitos que os pueden ayudar si tenéis piel sensible:
- No salir a la calle sin crema.
- Utiliza crema solar, siempre.
- El tabaco, el alcohol y el café agudizan la sensibilidad y la deshidratación
- Utiliza leches limpiadoras suaves, formuladas con componentes naturales.
- Desmaquíllate
- No te pongas perfumes ni aguas de colonia en la cara
- Busca una rutina facial diaria y nocturna en la que te sientas a gusto y puedas dedicarte unos momentos a ti mism@.